lunes, 26 de noviembre de 2007

Barry Windsor Smith

Leí los libros de Conan porque ROY THOMAS me lo pidió. Antes no sabia quién era Conan. Los tres primeros comic-books son sencillamente superhéroes con taparrabos. Fue el cuarto número el que lo cambió todo con The Tower of the Elephant.

Este relato de Howard, me refiero al relato corto, no sólo es brillante, en mi opinión, en lo que se refiere a la imaginería, sino que creo que es la verdadera quintaesencia de la idea de Conan. Deberías tener en cuenta de que la mayoría de las veces, cuando hablo de Conan, no me refiero al Conan de Howard, sino a mi Conan. Nunca re-pensé el Conan de Howard mas allá de la imaginería que me proporcionaba para emplearla a mi propia manera. Nunca traté de ilustrar el Conan de Howard. Jamás se me ocurrió.

The Tower of the Elephant era sencillamente uno de esos relatos mágicos, y creo que es realmente un comic-book mágico, incluso ahora. Incluso en la época, años después, en que desdeñaba las cosas que hacía en los comic-books y demás, sólo porque estaba harto de los comic-books, nunca cambié de parecer en lo que hace a The Tower of the Elephant, acerca de ese comicbook especial que dibujé. Tenía todo lo que quise hacer en mi carrera o al menos tenía las simientes de todo lo que quise hacer: La magia, la atmósfera de otro mundo, la decadencia de civilizaciones lejanas, el héroe magro que lucha a través de todo ello. Mi Conan no era más que una versión inventada de mi mismo, de cómo me gustaría ser si me encontrara en esa situación. De hecho, así es como siempre enfoqué Conan: las situaciones.

Supongo que la mayoría de la gente hace lo mismo. Fue como si pensara: ¿como reaccionaría ante ello si fuese el ser que verdaderamente me gustaría ser, en lugar de estar sentado aquí ante los tableros de dibujo? Para mí, Conan fue simplemente un "viaje" personal. Todo el asunto fue simplemente un "viaje" personal.
(de una entrevista por Archie Goodwin en "Epic", 1981)

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