viernes, 7 de diciembre de 2007

Noel Sickles

Acababa de encargarme de la serie Scorchy Smith cuando JOHN TERRY, el primer dibujante de Scorchy, cayó enfermo de tuberculosis. Fue un trabajo difícil imitar su estilo. Cuando fue evidente que TERRY no sobreviviría a su enfermedad, quise cambiar a mi propio estilo y darle a Scorchy un aspecto más cercano a la realidad. Pero ni a los lectores ni a los editores les gustan los cambios bruscos y no queríamos perder a nuestros clientes. Tuve que hacerlo gradualmente. De hecho, creo que traté incluso de firmar de un modo que recordara la firma de TERRY. Más tarde, puse un recuadro alrededor de mi nombre, de modo que no interfiriera ninguna sombra que pudiera quedar en el ángulo de la viñeta.

Antes de hacer ningún cambio de estilo, estudié las pruebas hechas con el papel de tiraje y quedé aterrado por la pésima impresión. Para mis objetivos artísticos necesitaba un tono más gris que fuera con el papel blanco y la tinta negra. El papel Ben Day de tono único daba como resultado un tramado de punto negro demasiado contrastado que irremediablemente acabaría en un mal trabajo de impresión. El de doble tono resultaba demasiado oscuro después de la reducción, así que tuve que trabajar a tamaño doble cuando, evidentemente, las tiras se reproducían a un tamaño mucho mayor que hoy.

Un día normal de trabajo comenzaba cuando yo me despertaba a las 2 de la tarde. MILT (CANIFF) y yo éramos típicos ejemplares de los años 30. Yo tenía poco más de 20 cuando comencé Scorchy. Acostumbrábamos a salir a dar vueltas por la ciudad. Nueva York era un lugar estupendo para divertirse. Descansaba para comer a las 5 de la tarde y luego seguía trabajando hasta las 11 de la noche, hora en que salía otra vez a pasear por la ciudad. MILT, desde luego, no desarrollaba tanta actividad como yo, porque entonces estaba casado. Dejad que os cuente una noche típica... El Palm Restaurant era nuestro cuartel general desde el que comenzábamos a ir de bar en bar. Tanto entonces como ahora el Palm servía una excelente comida y comenzábamos con una de las maravillosas cenas italianas del chef Dominick. Aquello era una guarida de dibujantes de comics. Las paredes estaban decoradas con dibujos originales de famosos dibujantes, y el suelo estaba lleno de serrín. Al final de la noche, toda la banda artistas, actores y coristas nos dirigíamos a la calle 52, donde estaban todos los clubs de jazz y blues. Luego seguíamos a los músicos hasta sus casas o al club "Black and Tan" para asistir a unas últimas jam sessions antes de regresar a casa. Yo era soltero, la vida era una fiesta y Scorchy Smith era un buen trabajo.

La vida de un auténtico dibujante transcurre amarrado a su mesa de trabajo, de la que sólo se separa para dormir, comer e ir al baño.

Esa era la vida de MILT en aquellos días. Nos ayudábamos el uno al otro a cumplir las fechas de entrega. Habitualmente, yo inventaba el guión de Scorchy a medida que lo dibujaba, pero cuando MILT me ayudaba parecía como si estuviera escribiendo una novela.

En cierta ocasión se perdieron dos semanas de tiras de Scorchy en un tren, de camino hacia el Syndicate. MILT me ayudó y tardamos tres días y tres noches en volver a dibujar todas las tiras. Me vi forzado a retroceder y robar fragmentos de semanas anteriores.., algo que, de otro modo, nunca hubiera hecho.

(Extractado de Historia de los Comics de editorial Toutain)

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