
“El del guionista es un trabajo de ingeniero, debe construir algo que no se derrumbe ante el primer golpe de viento. El dibujante es el arquitecto, es él quien llenará de cemento el esqueleto del edificio. El guionista es una máquina que cuenta la parte funcional del comic.”
¿No hay en el guionista un sentimiento de escritor frustrado?
“El punto de partida de la escritura de una novela y el de un comic no son el mismo. Diferente es también el placer. Cuando escribo un comic, los 2/3 del trabajo los hace otro. Mi prosa se oculta en el dibujo. No existe más. En la novela contemporánea existen momentos autobiográficos que están prohibidos en el comic. No hay posibilidad de autoadmiración. El relato debe ser un edificio bien construido. El oficio de guionista exige pudor. No es posible conformarse con la exposición de temas; es necesario pasarlos a través de una serie de filtros para obtener un relato susceptible de ser dibujado. Hay una larga preparación: primero reúno toda la documentación. Después, en caliente, escribo toda la historia en pocos días, Inicia de esta manera la larga gestación del libro. El dibujante visualiza imagen por imagen mientras yo veo la historia en su globalidad.
Transcripción de parte largo ensayo-entrevista escrito por Thévenet para las revistas PILOT (italiana) y PILOTE (francesa). Extractado de la revista Vértigo (1983).
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