lunes, 7 de abril de 2008

P. Craig Russell

A mi juicio las historias gráficas sin palabras son comparables con una forma literaria como la poesía, mientras que las historias gráficas con palabras son prosa. Hay una marcada línea narrativa en las historias con palabras y generalmente las cosas significan lo que significan. Vas en línea recta del principio al final. Con las historias sin palabras, las metáforas son mucho más fuertes y la relación entre las imágenes puede ser más ambigua. La gente que lamenta la falta de "argumento" en las fantasias simbólicas no comprenden el punto principal. Intenta leer "Kubla Khan", de Coleridge, y dime de qué trata el argumento. No lo hay. Y el efecto es más espeluznante precisamente porque no lo hay.

Una de las mejores cosas de las palabras es que te hacen ir más despacio y esto te permite absorber los dibujos. Comprobé que aprecio más lo visual cuando leo una historia gráfica porque, aunque puede que esté concentrando la atención en las palabras, al mismo tiempo absorbo los dibujos. De ellos recibo un impacto más fuerte que cuando simplemente hojeo la revista.

Las palabras, cuando las hay, actúan como un dispositivo de cronometraje. Puedes saltártelas si quieres, pero son una forma de hacerte ir a determinado ritmo. En una historia sin texto, especialmente en una fantasía simbolista, sobre el lector recae mayor responsabilidad debido a que debe absorber las viñetas más despacio porque no todo está en la superficie.

A mi modo de ver, no hay cumplido mayor que cuando un guionista mira los dibujos terminados, antes de que haya escrito el guión, y dice que siguiendo los dibujos adivina el argumento. Puede que no entiendas lo que dicen todos los personajes, pero sí comprendes la dinámica emocional. La claridad narrativa debería estar allí antes de añadir las palabras, del mismo modo que los dibujos deberían funcionar en blanco y negro antes de añadir el color.

La ciencia-ficción está arraigada en una proyección de nuestro mundo, tal como es hoy, hacia el mundo de mañana. Depende visualmente de gente real en un mundo real. Eso no me interesa demasiado. No porque no me interesen la ciencia-ficción o las personas reales, sino porque sencillamente no me interesa dibujar el mundo moderno. La mayor parte de la ciencia-ficción utiliza eso en algún nivel. Lo que sí me gusta es imaginarme otras civilizaciones, otros mundos; esa parte de la ciencia ficción.

(de una entrevista por Archie Goodwin "Epic' 1982)

Jim Starlin

Muchos dibujantes que buscan un estímulo artístico o estético acaban por crearlo ellos mismos partiendo de cosas como los comics o la ilustración. Recuerdo que cuando me estaba haciendo hombre en Detroit no podía comprarme libros de arte porque no tenía dinero. Sólo tenía el que ganaba repartiendo periódicos. Los comics eran lo único que podía comprarme. Creo que fue cosa de crearse una cultura propia partiendo de lo que estaba a mi alcance, ¿sabes?

Una vez te has convertido en dibujante profesional, siempre estás aprendiendo, pero en realidad no puedes dejar el trabajo y dedicar un período largo a aprender. El arte es tu medio de vida. Además del placer que te proporciona, tienes que enfocarlo de tal manera que te sirva para ganarte la vida. Los perfeccionamientos deben venir sobre la marcha. A causa de ello, te saldrán mal muchas cosas -o al menos a ti te parece que están mal-: portadas malas, pinturas malas que te obsesionarán años más tarde. Pero no hay más remedio que hacerlo de esta manera.

Mis dioses eran JACK KIRBY y STEVE DIKTO. Más tarde tuve otros, como JOHN BUSCEMA y STERANKO, por ejemplo, pero STEVE y JACK eran mis deidades principales.

Procuro leer todo lo que puedo, pero muchas de las cosas que recuerdo de los libros no consigo relacionarlas siempre con el autor que las escribió. En lo que se refiere a la literatura, citaría a Charles Dickens y a Shakespeare. Por lo que respecta concretamente a la ciencia ficción, probablemente Michael Moorcock y Roger Zelazny son mis favoritos. De hecho, diría que Zelazny es mi escritor favorito.

(de una entrevista por Archie Goodwin en "Epic", 1981)

Frank Frazetta

No tuve (por parte de mi profesor, Grubman) ninguna influencia en mi trabajo, ninguna en absoluto. Era sencillamente que seguía mi camino sin importarme quién se presentase y él sencillamente hizo que mi vida fuese más agradable y me confirmó lo que en el fondo ya sabía: que era bueno. Tenía lo necesario.

Nunca tuve ninguna duda acerca de mi talento, ¿vale? Nunca hubo realmente ninguna duda al respecto. Sabía lo que podía hacer. De hecho, sabía lo que podía hacer que no hubiera hecho antes. Tenía una confianza tan extraña en mi talento que pensaba que si lo veía, podía hacerlo, y probablemente mejor. Esa ha sido mi actitud.

Ahora bien, por muy rebuscado que parezca, ese es un comentario sincero acerca de lo que sentía. No sé si sigo sintiendo lo mismo o no me siento tan vigoroso. Por supuesto, no soy el mismo hombre. Ya sabes, la energía no acaba de ser la misma. Eso que llaman confianza es cosa de la juventud, ¿de acuerdo?

Cuando estoy solo y creando sólo para mí, la imagen tiende a ser cualquier cosa menos violenta; se vuelve muy romántica e incluso erótica. Eso es cuando estoy trabajando para mí. Las imágenes son mucho más suaves, calladas y, desde luego, más románticas. La violencia queda fuera de ello. Me encantaba vivir en el mundo de la fantasía, mujeres hermosas y duendecillos, ¿sabes?, animales y cosas así.

Esta es realmente la materia de mis sueños. Los Conans son la materia violenta.., algo que sencillamente me impusieron.

(de una entrevista en "Ariel" 1976)


Julio Ribera

La profesión de autor de comics procura al que la practica una gama variadísima de experiencias. Yo he tenido dos que han dejado huellas en mi espíritu.

Cuando se lleva un cierto número de años dibujando "hombrecitos" que al caerse hacen BING!" (como decia GOSCINNY), se está sometido a una lógica evolución que, a mi entender, hace que pasar la mayor parte de su vida batiéndose con la famosa página blanca no termine por descorazonar al que se libra a tales manejos. Sino que, esta lenta progresión hacia una perfección que sabemos que NUNCA se llegará a alcanzar, constituye un aliciente indispensable para seguir practicando, contra vientos y mareas, semejante profesión.

Al poco tiempo de mi "exilio cultural" (fórmula que pertenece a mi amigo Francisco de Nottingham) en Francia, me encontré en una situación verdaderamente sorprendente. Para los franceses 'los comics eran los responsables del aumento de la delincuencia juvenil, de la disminución del nivel cultural y de la progresión de toda clase de vicios".

Semejantes declaraciones, nos ponían a los autores de tales "delitos" en situaciones muy delicadas. Por ejemplo, cuando me pedian "cuál es su profesión?" y estaba obligado a pronunciar las fatales palabras de autor de comics, cuántas veces he vislumbrado en la mirada de mi interlocutor, los encendidos reflejos de una sólida reprobación... Y el cruel pinchazo de un cierto sentimiento de culpabilidad.

Tengo que reconocer que las cosas han cambiado desde entonces en Francia y creo que España no le va a la zaga. Podríamos resumir esta nueva situación con la frase: "El comic es una manifestación de la Civilización de la Imagen, desbordante de virtudes y de geniales talentos, rellena de mensajes y significaciones profundas".

Ahora, cuando tengo que declarar mi profesión y pronuncio las divinas palabras de autor de comics, puedo apercibir a menudo en el fondo de la mirada de mi interlocutor una franca y halagadora admiración... Y siento el cruel pinchazo de un inquietante sentimiento de adulada satisfacción.

(1983)

Extractado de Historia de los Cómics de Editorial Toutain

Ángel Puigmiquel

¿Cuántas sinopsis habré escrito en mi vida?

Yo creo que al aficionado al comic, no le interesa mi curriculum, sinó que responda a una sencilla y básica pregunta: ¿Por qué PUIGMIQUEL dejó de dibujar tan repentinamente a finales del 51, abandonando el escenario de sus éxitos?

Algunos se preguntan: ¿No será PUIGMIQUEL "El Dibujante Enmascarado"? ¿No será el justiciero de doble vida, que cobra a los ricos, lo que dibuja pincel en ristre amparado en las tenebrosas sombras de la noche?

A pesar de sus evidentes incomodidades, ya me gustaría ser un héroe romántico, pero lamentablemente no es mi caso, por lo tanto voy a responder de una vez, desvelando mi secreto.

Un día a principios del 52, decidí cambiar el país del Biscuter, de las películas Cifesa, del tabaco con cartilla y del Tiroliru, por el que yo siempre había soñado. ¡América!

Y cuando con todo el ciego empuje de la juventud llego a Venezuela, (que también es América, pero un poquito al Sur) dispuesto a mundana de Historietas, me encuentro con que los periódicos publican montones de ellas en tiras diarias y en los increibies Suplementos Dominicales a todo color.., y ¡gratis! Es entonces cuando los propietarios de los periódicos me informan que los Syndicates americanos les suministran todo ese material ya meticulosamente preparado. En el caso de las tiras diarias, en forma de grabado, listo para la rotativa y que los suplementos en color... ¡vienen impresos y traducidos en los Estados Unidos! y que todo el conjunto les cuesta prácticamente cuatro cuartos.

Esta es la repuesta del enigma. Yo ANGEL PUIGMIQUEL, tiro la toalla, ante el "heavy-weight" Syndicate y me apresuro a orientar mis habilidades hacia el campo del periodismo y el Cine de Dibujos Animados. Dejo el periodismo al cabo de ocho apasionantes años y continúo en el Cine y cuando regreso a este país, es en este campo donde me afirmo hasta hoy.

He aquí la sencilla respuesta de como votaron las hojas del calendario y el por qué hoy se me considera un clásico sin cartera...

(1983)

Extractado de "Historia de los Comics" de Editorial Toutain

Luis García

Conciencia se tiene siempre de una forma u otra. Sabes que te putean, pero lo aguantas: no tienes otra alternativa. La circunstancia económica y la ausencia de escuelas de historietistas no permitían que fuese de otra forma. Había que aguantar hasta que llegase tu "chance". Tiene que quedar claro que te estoy hablando de los años 60; ahora las circunstancias han cambiado y muchos hijos de papá descarriados han acudido al mundo del comic, hecho que antes no se producía, porque era demasiado duro. En cuanto a lo de la "conciencia" ha habido distintas etapas: primero, la "artística" -mentira-; luego, la profesional; después la política, dejar de trabajar para los dueños del momento, trabajando para los posibles futuros dueños. La alternativa no es muy halagüeña. Creo que se ha de ser independiente, aunque las necesidades de protección y de apoyo o el oportunismo lleven a la militancia, lo cual, a veces, cuesta muy caro; por aquello de "no es el momento adecuado para decirlo, desprestigiaría al partido", entre otras servidumbres.

Está claro que, a través de la historia, las clases dirigentes han manipulado al "artista", en vida o muerto, depende del momento histórico y de quién tenga el poder. En la España de Franco -de manera esquemática- el "artista" era un ser mítico inspirado por Dios, la patria y el pan con aceite y azúcar y alejado de toda realidad social, con lo cual conseguían utilizarlo como eco de su propia ideología. Superficialmente, aunque confundíamos superficie y fondo, queríamos ser ese personaje distinto que nos había deslumbrado, el "artista". Descubriendo posteriormente todo el montaje social, descarado y grosero, toda la farsa del "arte", como parte de esa total mentira con la que nos robaron el mundo natural de nuestra infancia. El "artista" se hace con muchas horas de trabajo, no por la inspiración de tal o cual régimen.

(de una entrevista por Laura Cepeda en 'Totem' 1980)

Francisco Hidalgo


Recuerdo los años 40 como el fin de la guerra civil. En aquellos tiempos vivía en San Sebastián y mis primeros conocimientos de la historieta fueron las revistas "TBO" y "Chicos". Recuerdo que "Chicos" se imprimía en San Sebastián en offset, una novedad en esa época. No sé cuando empecé a interesarme por el dibujo, creo que nací dibujando. El breve tiempo en que frecuenté la escuela, mis dibujos servían de ejemplo para toda la clase.

En el 41 mis padres decidieron establecerse en Barcelona. Mi interés por la historieta se desarrolló cuando descubrí los dibujos de JESUS BLASCO y EMILIO FREIXAS, los dos trabajaban para la revista "Chicos", la única revista interesante creada al finalizarse la guerra. BLASCO era el maestro y un ejemplo de lo mejor que se podía hacer en España en el campo de la historieta. Recuerdo haberme propuesto trabajar sin descanso hasta que hubiese conseguido una calidad suficiente que me permitiese presentar mis dibujos al mejor editor de ese tiempo. Yo tenía 15 o 17 años y me temía que no me tomasen en serio. Una de mis primera historietas la publiqué en "Chicos": Cita con la muerte. Escribí yo mismo el guión puesto que tenía un concepto muy particular. Cada personaje había de tener una personalidad diferente, así como los diálogos. Se trataba de un detective privado que actuaba en Nueva York y la originalidad de esta historieta radicaba en la planificación del diseño gráfico. A raiz de esto, Bruguera me dió a ilustrar un personaje de tipo policiaco, sin duda porque dedujeron que tenía habilidad para dibujar historietas policíacas. Se llamó Dr. Niebla.

Traté inmediatamente de sacarle partido a ese personaje, pero los primeros guiones me resultaban sin interés y los diálogos eran de una gran banalidad. En esa época tuve la suerte de encontrar a VICTOR MORA. El tenía una gran afición por el dibujo y dibujaba muy bien, pero yo le convencí de desarrollar una calidad de escritor que él poseía. Así fué como creamos el Dr. Niebla. Los dos nos apasionábamos, en aquel entonces, por Oscar Wilde y William Irish. Nos gustaba en particular el humor negro. Otro evento importante de mi vida fué el conocer a JOSEP TOUTAIN. Como todos mis amigos en esos tiempos también se apasionaba por la historieta y llegó a ser un excelente dibujante.

El cine de los años 50 me influenció enormemente, especialmente como Fritz Lang, Robert Siodmak con "Forajidos" y "Laura" (con el magnífico guión de Vera Caspary y la magistral actuación de Clifton Webb). Por otra parte, "La Dama de Shanghai" de Orson Welles del cual sigo siendo un gran admirador.

En cuanto a los dibujantes de esa época uno de los que más me fascinó fué ALEX RAYMOND debido a la perfección de su dibujo. Pero en realidad, admiraba más a WILL EISNER y MILTON CANIFF por el ambiente que conseguían en la narración gráfica.

En esa época era difícil crear algo nuevo en España sin duda porque ya se había hecho todo, pero la razón más importante era que un editor no quería correr el riesgo de vender una serie "original" de un dibujante que consideraba anticomercial. Las historietas más banales eran las que mejor se vendían.

Si ahora tuviese que juzgar el trabajo que hice en aquella época, creo que cometí el error de conceder demasiada importancia a la realización con objeto de conseguirla perfección. Perfección que no alcancé. Hoy he descubierto que lo que es importante en la vida es la concepción y no la realización. (1983)

(Extractado de Historia de los Comics de editorial Toutain)